¿Existe realmente la felicidad?
Mis acciones para ser feliz
Fue un domingo en la tarde, recuerdo ese frío interno, esa sensación de vacío que me abrumaba, miraba a mis niñas reír, eran la expresión pura de la felicidad, venían con su carita húmeda por el sudor me besaban y seguían corriendo. Sentado a mi lado estaba él, lo miré y me di cuenta de que hacía meses que realmente no nos conectábamos...
De repente llegó como un rayo, una idea atravesó mi cerebro y llegó instantáneamente a mi corazón... me estaba dando cuenta de que no era feliz.
En la silla del Mall, mientras seguía tomando ese café sin saborearlo, recordé mis fantasías acerca de los "requisitos", una lista de las cosas que harían que fuera feliz, estaba segura de haberlos cumplido al pie de la letra: logré éxito profesional, estaba en forma, vestía bien, había conformado una hermosa familia, tenía bienes materiales y un largo etcétera... Entonces, qué pasaba... ¿por qué no era feliz? ¿Había algo malo en mí?
Como la idea no pasó desapercibida, desde ese día no paré de buscar, de ensayar y muchas veces fallar, de convencerme de nuevas y viejas ideologías y también de despojarme de otras cuántas… Y lo más importante que pude destilar de esa combinación de ires y venires, era que la respuesta estaba en la acción, no aquella autómata que nos dice que debemos “producir” sino en aquella acción pequeña, tranquila, quizá imperceptible pero siempre constante
Vamos, te cuento de que va esta historia….
La Felicidad está ocurriendo
Mis errores al buscar la felicidad
¿Por qué la felicidad se presenta tan escurridiza? ¿quizá sea porque ponemos el foco de manera equivocada y buscamos el tesoro en dónde nunca podríamos hallarlo?
Me enteré de que estaba buscando la felicidad por el camino incorrecto, que corría en la rueda de hámster en la que nos sumen las expectativas, el vivir cumpliendo un guion social que nos aleja de ser lo que realmente somos.
Inicié entonces un camino de búsqueda interior, y me enteré de que en el transcurso de mi vida, aprendí (como muchos) a permanecer donde realmente nadie puede vivir, en el pasado o en el futuro.
Así al perderme del presente, al estar planeando lo que seguía, sólo me estaba perdiendo de la vida con sus sabores, que es a mi forma de ver, el núcleo de la felicidad, porque el único lugar en donde realmente podemos construir felicidad es en el momento presente.
En mi proceso, me di cuenta de que esta manera de interpretar la realidad me hizo vivir alejada de quien realmente soy, me alejé de la felicidad al negarme el gozo de la presencia y la maravilla de la expansión, la oportunidad de desplegar mis mejores talentos, amar, cooperar y crear comunión a mi alrededor.
Así fue que me construí para llenar un molde, quizá al leer esto tu dirás…”Eso no me pasa a mí” si es así, felicitaciones, ve y sigue siendo feliz, pero como yo también lo creía y en esa creencia invertí todos mis esfuerzos, te invito a que pongas bajo el lente lo que eres, cómo te ubicas en el mundo, cuáles son tus actividades y compañías… para luego preguntarte el sentido de todo ello, ver si en eso se reflejan tus valores, tus deseos y mejores talentos o si por el contrario vives exclusivamente para responder a aquello que se espera de ti.
No todo estaba perdido
¿cómo logré experimentar mayor
felicidad en mi vida?
¿Cómo ser feliz? para esta pregunta aparecen más de 776 mil millones de resultados en Google, parafraseando al filósofo griego Aristóteles, parece que todos estamos de acuerdo en que queremos ser felices, y este deseo nos lleva a buscar múltiples formas de lograrlo; parece ser que salud, dinero y amor ya no son suficientes, ya no son los 3 deseos que se pedirían al genio de la lámpara, porque en esta sociedad en donde los bienes materiales son efímeros y alcanzables, lo ilimitado es la nueva medida.
Teniendo presente que jamás sería suficiente si seguía en esa espiral del deseo que nunca se puede satisfacer, emprendí acciones concretas que me han ayudado a experimentar mayor felicidad en mi vida... ¿Quieres conocerlas? ¡Aquí están!
PRACTICAR EL DARSE CUENTA
Aunque suena sencillo, el arte de "darse cuenta" requiere mucha valentía de tu parte, es necesario que te atrevas a aceptar que tus automatismos y todo lo que has permitido en tu vida, son la causa de tus sufrimientos, para ello, observa tus reacciones, lo que te molesta en otros y lo que mueve tu estado de ánimo, reconoce que de lo que te molesta hay en ti y observa al mundo como un espejo que te devuelve lo que has ofrecido.AFRONTAR CADA DÍA CON OJOS DE PRINCIPIANTE
La capacidad de asombro puede aportarnos mucha felicidad, si te das cuenta de que ya no adviertes qué ropa llevabas puesta ayer, puedes tomarlo como indicio de vivir en piloto automático, de dar la vida por sentada y no disfrutar de las maravillas que hay para ti. Para practicarlo, redescubre las facciones de tu pareja, mira cómo se refleja tu físico en tus hijos o dedícate a observar la naturaleza, una animalito pequeño y su perfección podrían abrirte caminos de asombro y belleza que te harán más feliz.SABOREAR CADA INSTANTE - ESTAR PRESENTE
Comes y mientras comes, imaginas tu trabajo... trabajas y mientras lo haces imaginas qué vas a comer... Es claro que vivir un paso adelante de los acontecimientos te va a alejar de la propia vida. Para ello, regálate momentos en dónde puedas practicar el estar presente, bien sea al comer, al hablar con alguien o al disfrutar de un programa de televisión. solo siente lo que ocurre con todos tus sentidos y verás la belleza de la vida en acción.DESCONECTARSE PARA CONECTAR
Estar enganchados permanentemente a la tecnología, a las pantallas, adormece nuestros sentidos y nuestra atención. Pero más que eso nos aleja de los vínculos reales con quienes están a nuestro alrededor, lo que disminuya la calidad de nuestras relaciones y por tanto nos aleja de la felicidad. Para trabajar en ello, prueba a dejar tu celular en silencio durante las comidas, no mirar una pantalla mientras compartes un espacio con alguien o apagar tu móvil en las horas íntimas con tu familia o en tu hogar.
¿Eres más visual? aquí está resumido
Después de todo, lo más valioso que aprendí es que la felicidad no es complicada, no requiere de técnicas sofisticadas y artilugios de fantasía para experimentarla, la felicidad está en lo simple, no es escandalosa, sino sutil, íntima, silenciosa, la felicidad no está en tener o no tener, ella está puesta en lo que somos, en lo que nos permitimos y lo que nos limitamos, en la posibilidad de conectar con el momento presente y saborear las delicias de la vida, tal y como se presenta con sus dolores y alegrías, con sus placeres y desdichas.
Te invito pues a que busques aquello con lo que resuenas, aquello que te hace bien, que te deja asomar por senderos de felicidades posibles.
Si quieres que te acompañe en tu proceso, déjame saberlo.
Te abrazo.
Caro Rendón